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Dueñas pertenece a la comarca del Cerrato de la provincia de Palencia, muy próxima a la capital de la que la separan a 15 km. Su territorio se extiende por las provincias de Burgos y Valladolid, de la capital de ésta se encuentra a 28 km. de distancia.  Ocupa una posición central dentro de la Comunidad de Castilla y León, lo que hace que sus comunicaciones tanto por carretera, (Autovía N.620), como por Ferrocarril, sean inmejorables.

El nombre de la localidad hace referencia a las monjas que fundaron el cenobio de Santa María de Remolino a mediados del siglo IX y que eran conocidas como «Domnas».

El historiador griego Ptolomeo sitúa en estos términos la ciudad prerromana llamada “Eldana”, de ahí que los lugareños sean conocidos con el gentilicio de “eldanenses

La Historia de la Ciudad es muy antigua, ya lo dicen los yacimientos encontrados en las etapas históricas: Neolítico, edad de Hierro, y Edad de Bronce.  Su posición estratégica y la fertilidad de sus terrenos, (permitieron asentamientos de culturas romanas, visigodas, árabes.

Documentos históricos nos revelan que en el año 875 Alfonso III repuebla la zona y manda restaurar el castillo, que existiría antes de ser arrasado el territorio por los musulmanes, volviendo a ser tomada la fortaleza por Almanzor en el 975.  Alfonso VI recupera el sitio y en el 1078 otorga   un Buen Fuero que la vincula a la corona; A partir de aquí la Villa pasa por distintas regencias, El Cid ostenta la tenencia de la Villa en 1127. En 1148 el Infante de Fernán González de Castro. En 1160 Nuño Pérez de Lara; más tarde En el último cuarto del siglo XII, Alfonso VIII cede la villa en arras a su mujer Leonor de Inglaterra.

En 1160 figura Nuño Pérez de Lara, en poder de cuya familia estaba cuando Álvaro de Lara, a la muerte de Enrique I, se enfrenta a Fernando III y su madre doña Berenguela que tienen que tomar el castillo a la fuerza.

De nuevo la fortaleza es asediada a finales del siglo XIII, en la guerra de sucesión durante la minoría de edad de Fernando IV, y a pesar de ofrecer la regente María de Molina al concejo de Palencia la villa y castillo de Dueñas si lograban tomarlo, no lograron conquistarlo.

En 1367, durante la guerra fratricida entre Pedro I y Enrique II de Trastámara, la defensa de la villa y el castillo estaban bajo el mando del adelantado de Castilla Rodrigo de Torquemada. No obstante, tras un mes de asedio en el que se utilizaron sofisticadas máquinas de guerra son tomados por Enrique II, quien los cede a su dama de honor Leonor Álvarez. La localidad se vio involucrada en las guerras de sucesión que se produjeron en los siglos XIII y XIV.

Obtiene en 1397 el privilegio por parte de Enrique III de no ser enajenada de la corona, que posteriormente es ratificado en varias ocasiones por Juan II quien, no obstante, en 1439 concede la villa a Pedro de en contra de la opinión de sus habitantes que pelearán de forma legal e incluso con las armas, por su condición de realengo que no recuperarán hasta 1786. Dueñas va a adquirir cierta entidad como villa de realengo participando activamente en la evolución política y social del reino. Sin embargo, la etapa de mayor esplendor corresponde a los siglos XV y XVI cuando, precisamente, pierde esa categoría realenga al cederla Juan II a Pedro de Acuña y Albornoz, señor de Buendía y Azañón, en 1439. Esta familia de origen portugués, (posteriormente Condes de Buendía 1465), establecerán a partir de entonces la cabeza de sus estados señoriales en esta villa. La importancia que van a alcanzar dentro de la corte castellana durante dos centurias se traduce en el peso político que va a adquirir la localidad durante los reinados de los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II, a los que acogió en numerosas ocasiones.

Sin embargo, el episodio histórico más conocido es el de la boda de los Reyes Católicos en 1469. El 8 de octubre llega de Aragón, Fernando para contraer matrimonio con su prima Isabel, que se encuentra esperándolo en Valladolid, y éste mientras tanto se aloja en el Palacio de los Acuña en Dueñas, pues esta familia no sólo les apoyó en su lucha por el trono desde un primer momento, sino que el por entonces rey de Sicilia estaba emparentado con los Acuña, a través de la mujer del segundo Conde de Buendía, Inés Enríquez de Quiñones. Tras casarse en Valladolid, se retiran por mayor seguridad a Dueñas, por lo que tendrá lugar el nacimiento y bautizo de su primogénita Isabel en octubre de 1470. A lo largo del reinado, se producen numerosos acontecimientos históricos como la creación de la Santa Hermandad en 1476 o el enlace entre Fernando y su sobrina Germana de Foix en mayo de 1506.

A partir del siglo XVII, con la extinción de esta rama del linaje Acuña, por agotamiento dinástico por vía masculina, el señorío de la villa pasará por enlaces matrimoniales primero a los Padilla, adelantados mayor de Castilla y Condes de Santa Gadea, los Sandoval y Rojas, Duques de Lerma y Uceda y, finalmente, a los Medinaceli, quienes pierden el señorío en el siglo XVIII. Durante estas centurias, la villa irá perdiendo entidad por la dinámica general del reino, pero también por el alejamiento cada vez mayor de los nuevos señores.

Adquirirá protagonismo de forma puntual en momentos concretos debido a su posición estratégica como en la Guerra de Independencia, llegando a alojar a José Bonaparte y a importantes generales franceses.

Con las medidas liberales del siglo XIX, se instituye como Ayuntamiento constitucional y, actualmente, se trata de una población de cierta entidad en la provincia con cerca de 2.700 habitantes.